Haciendo Historia

Sevilla, mi ciudad, mi equipo, derrocha sevillismo por todas sus esquinas. Se observa como los cimientos de nuestra milenaria ciudad se estremecen de placer viendo como cada día que pasa se escribe una nueva página en la historia del gran equipo del sur de España.

Hoy he vivido unos momentos de los más emocionantes que recuerdo, 45.000 almas con el corazón rebosante, que digo corazón, a todos nos latía ese escudo de once barras blancas y rojas.

Cuando el partido estaba en sus postrimerías surgió la inesperada alegría de un nuevo gol, alegría que se unió a la del final del partido, consiguiendo que permaneciese unos instantes de pie, quieto, inundado de cánticos y colores carmesí, con miles de personas alrededor unidas por un sentimiento y con unas lágrimas apunto de brotar...

Gracias Sevilla, gracias sevillistas, gracias por esta noche que tardaré mucho en olvidar.